James E. McDonald fue un físico atmosférico y meteorólogo estadounidense que falleció el 13 de junio de 1973 a los 51 años. Durante su vida profesional tuvo impacto en lo que se conoce como siembra de nubes, cuando a través de un proceso de modificación climatológica se logra que caigan precipitaciones o se mitiguen las mismas de manera artificial. El científico también mostró interés en los ovnis y esa es la razón por la que llegó a esta sección de Alien Detected.
La primera discusión pública y detallada de McDonald sobre los ovnis fue en una conferencia dada ante una asamblea de la Sociedad Meteorológica Estadounidense en Washington D.C., el 5 de octubre de 1966. Titulada “El Problema de los Ovnis”, en esta charla el experto dijo que el escrutinio científico debería dirigirse al pequeño número de “eventos desconocidos”, a los que definió como ovnis reportados por un observador creíble y entrenado “sobre una nave similar a una máquina que permaneció sin identificar a pesar de una cuidadosa investigación”.
En 1967, la Oficina de Investigación Naval apoyó a McDonald para que realizara su propia investigación sobre ovnis, aparentemente para estudiar la idea de que algunos de estos objetos eran nubes mal identificadas. El científico examinó los archivos del Proyecto Libro Azul en la Base Aérea Wright Patterson y finalmente concluyó que la Fuerza Aérea estaba manejando mal las pruebas sobre este fenómeno. Posteriormente consiguió el apoyo del secretario general de las Naciones Unidas, U. Thant, que organizó una charla con el Grupo de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de la ONU el 7 de junio de 1967. Además, ese mismo año, McDonald señaló: “No hay alternativa sensata a la hipótesis absolutamente impactante de que los ovnis son sondas extraterrestres”.
La naturaleza de los ovnis
En su Declaración sobre Objetos No Identificados ante el Comité de Ciencia y Astronáutica de la Cámara de Representantes, McDonald hizo las siguientes observaciones sobre los tipos de relatos ovni: “El mundo científico en general se llevará una gran sorpresa al darse cuenta de la asombrosa naturaleza del fenómeno ovni y su desconcertante complejidad. Hago este breve comentario consciente de que invita al ridículo; pero la honestidad intelectual exige que aclare que mis dos años de estudio me convencen de que el problema ovni reside en cuestiones científicas y tecnológicas que pondrán a prueba la capacidad de los científicos más destacados del mundo”.
En ese mismo escenario, McDonald no dudó en asegurar que la comunidad científica se refería por aquel entonces a los ovnis con indiferencia, incluso tratando el tema como si fuera un disparate, cuando según el experto en realidad era materia de extraordinaria importancia científica. Las cosas cambiaron bastante y hoy podemos decir que un número significativo de científicos prestigiosos están atentos a esta cuestión al mismo tiempo que la divulgación parece acelerar y la agenda de políticos influyentes suma el fenómeno como una pregunta que debemos responder. ¡Lástima que McDonald no esté para vivir esta época!