El cometa interestelar 3I/Atlas continúa su paso a través del Sistema Solar y abre una nueva incógnita para la comunidad científica. Las imágenes tomadas los días 8 y 9 de noviembre revelan chorros de gas muy finos, con longitudes superiores al millón de kilómetros, que permanecen rectos y estables, orientados en puntos opuestos, uno hacia el Sol y otro en dirección contraria, sin curvarse. Algo que desconcierta a cualquier astrónomo teniendo en cuenta lo que se conoce sobre esta clase de objetos en la ciencia tradicional.

El interesante detalle, sobre esta nueva característica detectada en 3I/Atlas, es que para alcanzar esa longitud de emisión, los chorros de gas deberían haberse formado durante aproximadamente un mes. En ese período de tiempo, el núcleo habría completado 43 rotaciones, lo suficiente para que pudiéramos percibir patrones curvos evidentes que por el momento no están ocurriendo alimentando el misterio alrededor del fenómeno aún más.
Una hipótesis sostiene la posibilidad de que el período de rotación del cometa haya cambiado de manera drástica. Si el núcleo girara más despacio, los chorros de gas podrían mantenerse rectos durante más tiempo. No obstante, el astrofísico de Harvard Avi Loeb considera esta opción poco probable debido a que la desgasificación suele acelerar la rotación, no frenarla, así que este escenario no encaja bien con lo que se sabe de la física cometaria.
Más teorías sobre 3I/Atlas
Otra idea asegura que la luz solar podría estar iluminando cavidades muy específicas en el núcleo de 3I/Atlas, generando chorros en ángulos extremadamente precisos. El problema es que esto no explica por qué también se observan chorros emitidos en la dirección contraria, aparentemente con la misma estabilidad y precisión, dejando todavía muchos interrogantes abiertos. También hay quienes teorizan que el cometa podría estar fragmentándose y los chorros podrían ser rastros expulsados del núcleo del objeto. Lo que pasa es que no hay evidencia de una ruptura visible en el visitante intergaláctico.
Por último, está la hipótesis más controversial respecto a 3I/Atlas: que los chorros de gas estén siendo generados por motores de origen tecnológico. La idea de que el objeto es en realidad artificial fue planteada por Avi Loeb poco después de que el fenómeno fuera detectado a mediados de año y produjo mucha polémica hacia el interior de la comunidad científica. Lo cierto es que 3I/Atlas desafía la física conocida de los cometas y nos obliga a repensar un montón de cosas mientras la humanidad analiza al visitante y se prepara para el momento en que llegue a estar más cerca del planeta Tierra el próximo 19 de diciembre. ¿Qué tal?
