Muchas veces se habló de la posibilidad de encontrar un ovni en una excavación arqueológica. En algún momento Lue Elizondo, ex oficial de inteligencia norteamericano que investiga estos temas, dio como ejemplo: “¿Qué pasaría si encontráramos un jumbo jet en la Cámara de Tutankamón?”. La dicotomía entre escenario y tecnología harían de este descubrimiento una gran noticia.
Sabemos que el periodista de investigación Ross Coulthart aprendió a través de sus fuentes que un ovni gigantesco fue descubierto en una excavación arqueológica y el extraño objeto era tan grande que sus guardianes construyeron una instalación para mantenerlo a resguardo. Sin embargo, esta no sería la mayor de las sorpresas en este sentido.
Un texto perteneciente a las Tablas Esmeralda de Thoth el Atalante puede enmarcarse en el fenómeno ovni. Queda por verse cuál es su antigüedad real y si es producto de la imaginación de su autor. Podemos asegurar que se remonta a la década de 1920, mucho antes del primer ovni descubierto, hecho que según el testimonio de David Grusch ocurrió en Italia durante el año 1933.
El texto sobre el ovni
“En lo profundo de las rocas, enterré mi nave espacial, esperando el momento en que el hombre pueda ser libre. Sobre la nave espacial, erigió un marcador en la forma de león pero semejante al hombre. Allí debajo de la imagen descansa todavía mi nave espacial, para ser traída cuando surja la necesidad”, dice este relato que de ser cierto tiene importantes connotaciones.
Este texto implica que podría haber un ovni enterrado debajo de la Gran Esfinge de Guiza lo que sería un descubrimiento con el potencial de modificar el paradigma bajo el que nuestra raza concibe la realidad. ¿Existe la posibilidad de que alguien realice una búsqueda del objeto frente a esta evidencia? Habrá que ver si las autoridades pertinentes le dan credibilidad y relevancia al texto que hoy te compartimos.