Un estudio a cargo de la Dra. Beatriz Villarroel detectó lo que parece ser una vasta red de objetos artificiales en la órbita terrestre alta, captados entre 1949 y 1958, años antes del Sputnik o el inicio de los vuelos espaciales tripulados. De confirmarse, no se trata de un solo ovni ni de un satélite extraviado. Se trata de una Red de Vigilancia completa, y las implicaciones son asombrosas porque sugiere que una civilización extraterrestre inteligente lleva recolectando datos de nuestro planeta hace, por lo menos, décadas.
El equipo de la Dra. Villarroel analizó el Primer Estudio del Cielo de Palomar (1949-1958), un extenso registro fotográfico del cielo tomado años antes del lanzamiento del primer satélite de la humanidad. Los resultados son asombrosos: se detectaron 298.165 destellos de luz de corta duración a través de las placas. Muchos estaban alineados y eran simultáneos, comportándose como la luz solar reflejándose en superficies metálicas.
Esta Red de Vigilancia se encuentra ubicada a 40.000 – 80.000 kilómetros sobre la Tierra, en la órbita alta, y fue detectada décadas antes de que pudiéramos colocar nada ahí. En los 50, la humanidad ni siquiera contaba con cohetes capaces de alcanzar la órbita baja terrestre. Sin embargo, los datos sugieren que cientos de miles de objetos formaban una red coordinada. Algo, o alguien, ya estaba ahí arriba. En Alien Detected nos animamos a sospechar de una civilización extraterrestre.
¿Cómo establecer que la Red de Vigilancia está ahí?
Para demostrar que no se trataba de errores de cámara ni de fenómenos naturales, el equipo utilizó una prueba sencilla: Cuando los destellos se encontraban dentro de la sombra terrestre, desaparecían. Cuando estaban bajo la luz solar, reaparecían. Esto significa que se trata de objetos físicos, iluminados por el sol, en órbita. Lo que los expertos no pueden determinar aún es el motivo por el cual alguien ubicó estratégicamente esta Red de Vigilancia hace tantos años atrás.

La historia toma un giro aún más sombrío en la Universidad de Harvard. Entre 1953 y 1968, se encontró un misterioso agujero de 15 años en la vasta colección de placas astronómicas de la entidad, conocido como la Brecha de Menzel en honor a su director, el Dr. Donald H. Menzel. En 1953, cuando se registraban estas anomalías en Palomar, Menzel detuvo abruptamente el programa de placas de Harvard. Ordenó la destrucción de cientos de miles de estas, sin examinarlas. Justamente placas que habrían abarcado los años exactos que el estudio de Villarroel identifica como críticos. ¿Cubrieron la verdad desde un comienzo? ¡Tal vez nunca lo sepamos!