La realidad nos dicta que todos los días hay avistamientos de ovnis en el mundo entero y el fenómeno que se desató a partir de los videos filtrados en 2017 donde pilotos de guerra norteamericanos se cruzaron con objetos anómalos parece ser una bola de nieve que solamente crece con el paso del tiempo. También hay que darle crédito a David Grusch, el ex oficial de inteligencia que denunció programas de ingeniería inversa a naves extraterrestres en Estados Unidos llevando estos temas incluso al Congreso de ese país.
Los ovnis son parte del imaginario popular hace décadas pero hoy están instalados en lugares que antes no ocupaban como por ejemplo la agenda de un respetable científico de Harvard, Avi Loeb, que está convencido en que estos objetos anómalos son producto de la visita de una civilización de otro mundo. No sólo eso, sino que el Pentágono tiene su propia oficina dedicada al estudio de esta cuestión que actualmente, y hasta fin de año, va a ser encabezada por el físico Sean Kirkpatrick.
La pregunta que nos cabe frente a todo esto es si la sociedad está preparada para aceptar que los ovnis en realidad sí son naves que vienen de otra parte del universo y están tripuladas por seres extraterrestres que llegaron a la Tierra sin que tengamos en claro cuál es su verdadera intención. Después de todo, pueden tener ganas de compartir sus conocimientos con la humanidad y no necesariamente venir a invadirnos.
Ovnis, paranoia y covid-19
El covid-19 y la cuarentena que atravesaron la mayoría de los países, con la intención de disminuir el daño que ese virus podía ocasionar con un contagio masivo, es una experiencia que bien podría servirnos para poner en la mira a qué nos enfrentamos frente a la divulgación del fenómeno ovni de parte de un gobierno que tenga conocimiento real en cuanto a la materia. Claro está, Estados Unidos es el gran candidato en este sentido.
Si un virus, que no llegó a ser 100% letal, paralizó al planeta y llevó a que los países tomaran cada uno sus propias determinaciones sobre cómo encarar esta situación, viéndose la Organización Mundial de la Salud superada por esta enfermedad pandémica, no podemos suponer cuál sería el efecto en la psicología global si se descubre que los ovnis son en realidad de origen extraterrestre y tienen a su disposición una tecnología ampliamente superior a la nuestra. Mucha gente dice que estamos preparados: ¿Lo estamos?