Los periodistas Jeremy Corbell y George Knapp juegan un papel fundamental en el rol de la divulgación del fenómeno extraterrestre. Ellos hablaron de ovnis con personas como Bob Lazar, el físico que denunció que les practican ingeniería inversa a naves de otro mundo en el Área 51, así como también están detrás de muchos casos asociados a UAPs y todo lo concerniente a estos temas desde su podcast Weaponized.
En un giro inoportuno de eventos David Grusch, el ex piloto de la Fuerza Aérea norteamericana que también fue parte de la inteligencia de ese país, y se animó a declarar en el Congreso de Estados Unidos que están practicándole ingeniería inversa a ovnis además de haber recuperado cuerpos de extraterrestres, fue amordazado por fuerzas ocultas que están en contra de la divulgación.
Recientemente David Grusch fue atacado en los medios de comunicación porque se reveló un incidente donde la salud mental del ex oficial fue puesta en duda. Lo cierto es que Grusch tuvo que lidiar con Stress Post Traumático cuando regresó de Afganistán de la misma manera que sufrió el suicidio de un colega suyo que le impactó fuertemente. No obstante, el ex piloto aseguró que recibió ayuda profesional en su momento que le permitió continuar ejerciendo sus funciones en las agencias donde se desempeñaba.
Ovnis: David Grusch paga el precio por su testimonio
Jeremy Corbell advirtió desde Weaponized que David Grusch fue literalmente “amordazado” esta semana pero que este giro inoportuno que afecta la divulgación del fenómeno extraterrestre, donde el ex piloto es pieza fundamental para finalmente resolver este misterio, no durará mucho ya que es mucha la gente que está trabajando para que ovnis, extraterrestres y todo lo referido a ese tema sea de dominio público.
Asimismo, George Knapp se preguntó si hay agentes dentro del gobierno norteamericano que todavía quiere que “el genio vuelva a la botella”. ¡Claro que sí! Esa respuesta debe alertarnos a todos los que estamos intentando que el fenómeno extraterrestre con todas sus aristas sea revelado terminando con un secretismo que lleva décadas. Lo cierto es que tanto el Pentágono como la Fuerza Aérea y agencias de inteligencia están en el ojo de la tormenta como los principales sospechosos a la hora de querer mantener estos temas ajenos al público.