Gentileza diario Crónica suplemento «Fenómenos Paranormales». Autor: Carlos Parodi, periodista y escritor (Instagram @CarlosParodi.64).
La primera señal que provocaría una innumerable serie de “operaciones de encubrimiento” comenzó en medio de un desierto, bajo el manto polvoriento que vistió de confusión y temor el famoso episodio acaecido en Roswell, Estados Unidos, en junio de 1947.

“La simple y accidental caída de un globo meteorológico” fueron las “segundas” razones que esgrimieron las fuentes oficiales de las Fuerzas Aéreas yankis. Porque las “primeras” explicaciones dadas ante el estupor de los testigos, habían dado cuenta de la estrepitosa caída de una nave, con “pasajeros” incluidos y cuyos cuerpos fueron rápidamente desalojados de la zona. “Tenemos en nuestro poder un plato volador que se estrelló en Roswell y se lo estamos enviando al general Ramey, en Forth Worth, Texas”, rezaba aquel amarillento y primer telegrama.
Las visualizaciones de naves procedentes del espacio, y lo que resultaba aún más aterrorizador, la probable presencia de seres extraterrestres, siempre fueron catalogadas por las altas esferas gubernamentales como meras visiones de alucinados campesinos, producto de psicosis colectivas.
Tal había sido lo sucedido con el asombroso “asunto Hamilton”, acaecido en Kansas el 21 de abril de 1897, durante el cual Alexander Hamilton, diputado de su distrito, observó desde muy cerca el desplazamiento de una nave “con la forma de un enorme puro” que se trasladó lentamente sobre su finca. Hamilton expresaría a los medios locales: “Desconozco si se trata de demonios o de ángeles, pero la verdad es que no quiero tener ningún contacto con ellos.”
Lo cierto es que el fenómeno OVNI continuó protagonizando la cúspide del misterio intergaláctico, constituyéndose en el gran “Mito del Siglo XX”. Al igual que las apresuradas versiones “oficiales”, que se encargaban de salir al acecho de cualquier noticia de carácter inusual que alterara la “paz de nuestros cielos”.
El rasgo característico de los representantes de los gobiernos tanto de Estados Unidos, como de muchos países de Europa y también de China, fue que mantuvieron por momentos una confusa política de versiones y contra versiones, que les brindaron a los amantes de los misterios espaciales una fascinación “extra planetaria”.
En septiembre de 1947 el presidente Harry Truman (1884-1972) convocó a 12 expertos para que conformaran el “Proyecto Majestic” como forma de encontrar una respuesta definitiva al tema “UFO” que, si bien era calificado como asunto de Estado, también se les estaba yendo de las manos a raíz de los sucesivos avistamientos.

Posteriormente en 1955, una llamativa declaración realizó el General Douglas Mac Arthur (1880-1964) durante una conferencia realizada en el Hotel Waldorf- Astoria: “Todos los países del planeta tienen que unirse para sobrevivir y para hacer un frente común contra el ataque de seres provenientes de otros planetas”. En 1962, Mac Arthur volvió a reafirmar su convencimiento: “Un nuevo mundo está llegando, tenemos que estar preparados ante la posibilidad de un conflicto final entre la raza humana y las fuerzas siniestras de alguna otra galaxia planetaria”.
Sí pero mejor No
El mismo Winston Churchill (1874-1965) se ocupó del tema y decidió mantener en secreto toda aquella información sensible acerca del asunto OVNI ya que temía que tal revelación “causara un terror masivo y pusiera en tela de juicio las creencias religiosas”. También en Inglaterra, un alto mando del ejército, Hugh Dowding (1882-1970), expresó ante el desconcierto de sus pares: “Estoy convencido de que estos objetos voladores existen y que no provienen de ninguna potencia de la Tierra”. Lo curioso de este militar inglés es que también fue un apasionado por la doctrina “espiritista” y decía comunicarse a través de médiums con los pilotos muertos en combates aéreos…
Ya adentrada la década de 1970 el futuro presidente James Carter contradijo tanto a los responsables de sus gabinetes de científicos como a las autoridades de la CIA al confirmar la existencia de los OVNIS y ofrecer su propio testimonio como testigo de una serie de avistamientos de platos voladores sobre los cielos que cubrían sus campos. James Carter prometió desclasificar, pero no lo logró…
El encubrimiento oficial parecía que comenzaba a romperse cuando en 1985 el presidente Ronald Reagan (1911-2004) durante un discurso en Maryland se expresó abiertamente acerca de la posibilidad de una invasión alienígena. Dos años después, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Reagan le afirmó al Mundo: “Me he preguntado qué pasaría si la Humanidad descubriera que está siendo amenazada por una potencia del espacio exterior”. Su par de Rusia, Mijail Gorbachev (1931-2022) no se quedó atrás y afirmó: “No voy a discutir la hipótesis, aunque pienso que todavía es muy prematuro preocuparse de tal intrusión”. Lo cierto es que han pasado muchos años desde entonces, ¿acaso estaremos cerca de obtener respuestas certeras?
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El proyecto “Libro Azul” fue creado en 1952 por la Fuerza Aérea de EE UU para estudiar el fenómeno OVNI. Estuvo activo hasta 1969 y luego se llamó a silencio. Sus controvertidas conclusiones siguen despertando polémicas.
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UN ENCUENTRO INSÓLITO
RICHARD NIXON Y SU GALERÍA DE “ALIENS”
Una desopilante historia sucedió en febrero de 1973 a raíz del encuentro entre el comediante estadounidense Jackie Gleason (1916-1987) y el presidente Richard Nixon (1913-1994). El reconocido actor era un apasionado del fenómeno OVNI y compartía su pasión con Nixon. Enterado de esto, el presidente lo invitó a recorrer la base de la “Fuerza Aérea de Homestead” en Florida. Una vez que ingresaron a uno de los bunkers secretos, siempre según el testimonio de Jackie Gleason, Nixon le mostró una exhibición de cadáveres de seres extraterrestres conservados en líquidos.

El comediante simplemente quedó en estado de shock y al regresar a su casa le contó la experiencia a su esposa la cual se sobresaltó al escuchar la descripción que hizo su marido acerca de esos extraños seres: “Eran totalmente calvos, medían apenas 50 centímetros y sus orejas eran extremadamente largas”. ¿Se trataba de un sketch, de un paso alocado de comedia o de una verdad revelada?