Grupo y Factor: la tipología extraterrestre

Gentileza diario Crónica suplemento “Fenómenos Paranormales”. Autor: Carlos Parodi, periodista y escritor (Instagram CarlosParodi.64).

La variedad de imaginarios colectivos, paranoias de todo tipo y discursos científicos o pseudocientíficos, ha provocado que la humanidad no deje de preguntarse si existe algún tipo de evolución biológica que testimonie la presencia de seres inteligentes que visiten la Tierra. Es indudable que de confirmarse ésta, la variable de la posibilidad de un Cosmos habitado, desplegaría un nuevo paradigma en forma de abanico que alteraría para siempre todos los manuales de ciencia y los tratados religiosos que han acompañado el desolador y cósmico devenir humano.

Lo real es que a través de los siglos, la probable existencia de seres vivos que nos visitan desde otras galaxias, planetas o planos dimensionales y que obviamente confrontarían con el modelo matemático espacio-temporal, ha suscitado tanto el temor de la población como el sesudo análisis de investigadores en medio de las corrientes de pensamiento predominantes.

De esta manera, las actuales teorías del Multiverso que postulan la “multiplicidad” con sus propios entramados de leyes físicas y acaso biológicas, podrían respirar síntomas de realidad…

Extraterrestre
El Multiverso (Grok)

Acaso uno de los más antiguos registros correspondan a los inefables Sumerios quienes llamaron Annunakis a esos supuestos colonos provenientes del espacio que fueron arrojados sobre la Tierra y se vincularon con la raza humana. Su denominación estaba tomada de la palabra An (Dios Sumerio de los cielos).

También en distintos manuscritos de la época babilónica se describe la llegada desde los cielos de unas extrañas figuras mitad hombre- mitad pez que portaban escafandras y respondían al nombre de Akpalus, quienes desde los mares habrían emergido y transmitido sus conocimientos cosmológicos a los primeros hombres de ciencias y a todo aquel hombre que quiera recibirlos.

De Agarthianos a Draconianos e Iguanoides


En 1963, desde el Instituto Astronómico de Moscú, el audaz científico Nikolai Kardashov (1932-2019) se dedicó a investigar qué tipología extraterrestre podría existir en el Universo. Fue paralelamente a que empezara a hablarse de la Exobiología, como aquella disciplina orientada a indagar en torno a la probable vida por fuera de la Tierra. Desde entonces han comenzado a proliferar diversas interpretaciones y clasificaciones para darles un nombre y un modus vivendi a cada misterioso ser proveniente del espacio sideral. 

En esa senda intergaláctica una de las tantas especies acaso sin tanto renombre que surcaron los cielos y llegaron a la Tierra corresponde a los Agarthianos quienes desplazándose mediante naves de pensamiento y de exploración, se habrían establecido hace doscientos cincuenta mil años debajo del Himalaya. Pero también en otras regiones del planeta abundaron los casos de invitados estelares. Una de ellas corresponde a Los Andes peruanos, en los cuales los investigadores indican que descendieron los llamados Apunianos, seres provenientes de Alfa Centauro, recordemos que Apu en lengua quechua significa “espíritu protector de las montañas”. 

Por su lado, los tan temidos y famosos Grises representan a los típicos seres de estatura pequeña, grandes cabezas y ojos saltones, quienes desde sus naves discoidales serían los responsables de las desconcertantes abducciones. 

Extraterrestre
Los Grises (Grok)

Los Grises ineludible fuente de inspiración universal de los dibujantes de cómics y de los primeros escritores de SF, al parecer no resultarían nada empáticos ya que son los encargados de realizar en el interior de sus naves-laboratorio, todo tipo de experimentos con seres humanos y animales, a quienes previamente succionarían mediante conos de luces compactas y coherentes, tal como las definía Fabio Zerpa (1928-2019). 

Un curioso caso es el que relata el escritor y religioso norteamericano Frank Stranges (1927-2008) en su libro “Extraño en el Pentágono” (1967). En esta obra (de claras connotaciones místicas) se describe el arribo de Valiant Thor un ser originario de Venus, pero con fisonomía humana. Su nave habría aterrizado en 1957 en un campo de Virginia (EE UU) y el autor revela que el venusino traía consigo un icónico mensaje de paz y amor en tiempos de la Guerra Fría. También hay versiones no exentas de imaginación que señalan que los militares norteamericanos desde entonces tienen al desolado Valiant Thor encerrado en uno de los húmedos bunkers subterráneos del Área 51. 

Los europeos no se han quedado atrás en sus proyectos interplanetarios de búsqueda de tipología ET y desde 2017 funciona en Suiza un telescopio espacial llamado Life diseñado por científicos nucleares, listo para establecer contacto. 

Un aterrador final nos remite a los temibles Draconianos quienes convivirían con los humanos desde el inicio de los tiempos. Quienes hablan de su existencia real señalan que los Draconianos suelen vestir capuchas, poseen su piel cubierta de escamas, despiden un olor fétido y acaso lo más problemático, carecerían de cualquier signo de emociones o sentimientos. 

Al igual que sus aliados-primos, los famosos Iguanoides, muchos investigadores aficionados a las teorías conspirativas indican que estas dos especies extraterrestres perversamente malignas pueden mutar su fisonomía y tomar la de ciertas personalidades terrestres que desde privilegiados lugares de poder tejen en silencio y lentamente junto con las elites, el dominio total de la especie humana…   

Bienvenidos a la «Ciudad Lagarto»

En 1934, el geofísico especializado en minas George W. Shufelt (1886-1957) siguiendo las señales de un líder místico de la comunidad Hopi de Arizona, descubrió una infinidad de túneles y esculturas de origen no humano en las catacumbas de una zona de Los Ángeles, California. En el interior de las mismas, su grupo de exploración se encontró con planchas que contenían escrituras indescifrables y dibujos de seres con fisonomía Reptiliana.

Extraterrestre
Un Reptiliano (Grok)

 El desconcertado geofísico contactó de inmediato al cacique de los Hopi quien, lejos de asombrarse, le refirió que su tribu desde hacía mucho tiempo había hallado una de las tantas Ciudadelas Lagartos que bordeaban el Océano Pacífico. Según palabras del aborigen, dicha ciudad había sido habitada desde miles de años atrás por los Reptilianos unos oscuros humanoides caídos incidentalmente al planeta Tierra.

 Lo cierto es que más allá de un artículo publicado oportunamente en el periódico Los Angeles Times y hasta la muerte del geofísico en 1957, nada más se habló de esas extrañas catacumbas que extrañamente fueron selladas acaso para ocultar sus escalofriantes enigmas…