Por lo general cuando se habla de encuentros con extraterrestres los testigos relatan historias con seres antropomórficos como protagonistas del hecho. Un claro ejemplo de esto son los Grises, esos pequeños alienígenas de cabeza grande, cuerpo chiquito, extremidades como las nuestras y ojos negros con forma de nuez. También son muy populares los Reptilianos que comparten características con el ser humano más allá de su apariencia de reptil. La pregunta es porqué los visitantes tendrían similitudes con el homo sapiens. La respuesta es inquietante.
La primera cuestión que podemos abordar es que la naturaleza debe funcionar de manera similar en todas partes del universo. De esta forma, podemos estar seguros de que la evolución tal como la conocemos en la Tierra también debe darse en otros planetas. Por eso si hay un rincón de la galaxia donde se dieron características similares a las de nuestro hogar en el Sistema Solar, los extraterrestres que crecieron ahí pueden compartir nuestras cualidades.
Además, si los extraterrestres tienen la capacidad de desarrollar una industria que les permita tener una tecnología capaz de realizar viajes interestelares, seguramente sus cuerpos deben estar preparados para concretar tareas físicas complejas. De más está decir que la morfología antropomórfica con sus extremidades y los pulgares opuestos le dan a la especie que la posea la alternativa de completar movimientos precisos con la fuerza necesaria para trabajos manuales dificultosos.
Los extraterrestres y la humanidad
Hasta ahora una explicación lógica sobre la antropomorfia de los extraterrestres. No obstante, hay otra posibilidad. Si los alienígenas son los responsables de la creación y evolución del ser humano tal como sugieren muchos expertos en la materia, es natural suponer que nos van a dar las características que los hicieron a ellos una raza exitosa que llegó incluso a viajar a través del cosmos. Entonces podemos asegurar que no son los alienígenas los antropomorfos, sino que nosotros somos “alienomorfos”, si se nos permite una licencia a la hora de crear una terminología para esta teoría.
Esta última hipótesis nos obliga a cuestionar nuestras religiones y poner en práctica aquello que la filosofía siempre pregona: cuestionarlo todo. Hilando fino, podemos pensar en esos párrafos bíblicos donde se dice que Dios nos creó a su imagen y semejanza. Quizás algo de esto sea cierto, pero no con una divinidad como responsable del acto creacional, sino con extraterrestres que nos moldearon para convertirnos en la raza dominante de la Tierra, aunque hasta ahora no tengamos en claro nuestro objetivo verdadero. ¿Qué tal? Esta nota no hubiera sido posible sin el aporte invalorable de Rubén, un fiel lector de Alien Detected al que le estamos eternamente agradecidos por cada una de sus contribuciones.