El Rancho Skinwalker está ubicado en el Condado de Utah, Estados Unidos, donde se reportó actividad de OVNIS desde hace décadas, según testigos contemporáneos, o incluso desde hace siglos, si tenemos en cuenta los relatos de las poblaciones indígenas de la región. El nombre del lugar significa, según su traducción al castellano, piel-caminante, una referencia a un ser sobrenatural perteneciente al folclore de la mitología de la tribu Ute.
En esta locación se dieron distintos fenómenos como avistamiento de OVNIS, orbes, mutilación de ganado y la visita de extrañas criaturas. El investigador y periodista George Knapp, un nombre asociado al fenómeno extraterrestre, que fue el responsable en sacar a la luz la historia de Bob Lazar y el Área 51, escribió un libro dando cuenta de estas situaciones anómalas en el Rancho Skinwalker.
Algunas historias del Rancho Skinwalker
George Knapp y el parapsicólogo Colm Kelleher afirmaron haber visto globos brillantes de color naranja y azul con forma de pelotas de baloncesto, y algunos transparentes, que aparentemente contenían lo que parece ser un remolino líquido en su interior. Sólo con su presencia en el Rancho Skinwalker estos objetos eran capaces de afectar el tendido eléctrico y tras la visita de estos globos, Knapp encontró perros carbonizados en el sitio del encuentro.
Terry y Gwen Sherman fueron los dueños del Rancho Skinwalker durante años en los que vieron muchas mutilaciones de ganado durante su estancia. Los hechos incluyen la extirpación de las orejas, los ojos, las ubres y los genitales de los animales, entre otras cosas. En una oportunidad desaparecieron cuatro grandes toros justo cuando los Sherman salieron de compras. Cuando regresaron tuvieron un hallazgo macabro: aparecieron los animales dentro de un remolque pero mutilados. ¿Obra de extraterrestres?
Nuevamente en el Rancho Skinwalker los Sherman observaron un gran «lobo» justo cuando intentó capturar a una ternera. Entonces el señor Sherman y su padre golpearon a la criatura para que soltara al animal. Esto no funcionó y le dispararon pero el “lobo” continuó aferrado a su presa. Este ser se quedó mirándolos con mucha calma hasta que le dispararon nuevamente y terminó por irse. ¿Lo llamativo? No quedaron signos de sangre y una vez que rastrearon sus huellas se esfumaron como si se hubiera ido volando. Muchos recuerdan la leyenda del Chupacabras cuando escuchan este relato.
¿Este lugar puede ser de especial interés para visitantes de otro mundo? ¡Claro que si! Tengamos en cuenta que en estas tierras viven personas desde hace cientos de años evolucionando, cambiando, aprendiendo y adaptándose, razón por la cual extraterrestres interesados en la humanidad ciertamente podrían encontrar al Rancho Skinwalker como un sitio donde registrar actividad de su objeto de estudio: nuestra especie.