Michael Herrera es un ex marine que en 2009 fue enviado a la región de Sumatra en una misión humanitaria después de que un terremoto y un tsunami azotaron esa parte del mundo dejando a miles de personas en situación vulnerable. La unidad del ex militar incluía seis soldados todos armados porque tenían también el objetivo de defender a la gente. Con motivo de una nueva ley que defiende a los que tienen historias para contar sobre el fenómeno ovni este hombre decidió hablar tanto para la All-domain Anomaly Resolution Office como en la Disclosure Conference del Dr. Steven Greer.
El evento que marcó a este ex marine para siempre ocurrió en la ciudad de Padang cuando la unidad fue desplegada para proteger suministros entonces Michael Herrera, que tenía una cámara de video como elemento importante para la misión, decidió que el equipo debía buscar un terreno alto para conseguir ventaja táctica. Fue cuando llegaron al lugar que vio algo increíble.
Michael Herrera contó que vio un extraño objeto que rotaba y cambiaba de color además de ser algo que se destacaba teniendo en cuenta la naturaleza del lugar donde se encontraban, un espacio verde que poco tenía que ver con tecnología avanzada, aunque este fue el caso en cuestión porque ciertamente el ovni estaba fuera de lugar en el escenario que el ex marine describió en más de una oportunidad.
El ex marine y un objeto impresionante
El ex marine remarcó que el objeto era gigantesco, del tamaño de un campo de fútbol, giraba en el sentido de las agujas del reloj además de cambiar de color y emitir un sonido particular que jamás olvidará en su vida. Entonces pasó algo muy extraño: un grupo de hombres uniformados y armados, con acento norteamericano, rodeó a la unidad de Herrera diciéndoles que no tenían ningún tipo de permiso para estar en ese lugar. Los desarmaron mientras continuaron adelante con su actividad.
Este grupo de soldados estaba subiendo armas al ovni desde camionetas. Entonces cuando terminaron con sus tareas la nave espacial salió volando a 4000 mph en dirección hacia el océano. No hizo ningún sonido propio de alguna forma de propulsión conocida por el ser humano mientras se desvanecía a la distancia cambiando la vida de Herrera y su unidad para siempre que se quedaron con una pregunta que incluso compartimos aquellos que ahora conocemos este relato: ¿Qué fue lo que vieron?
Unos días después ya en Filipinas el ex marine tuvo un rato libre y dejó su habitación para salir a relajarse. Al regresar notó que alguien había entrado en el lugar y le robaron la tarjeta de memoria de la cámara con todo lo que había grabado del increíble evento. No sólo eso, sus compañeros también habían sido víctimas de un hecho similar porque les habían robado los celulares que habían tenido en aquella oportunidad.
En diciembre de 2009 en las barracas de una base en Japón el ex marine fue convocado a una oficina donde un teniente coronel de la Fuerza Aérea lo recibió a los gritos diciéndole que no podía hablar de esta inusual experiencia jamás en su vida, amenazándolo con que podría ser enviado a prisión, o incluso ser asesinado. Durante 14 años Michael Herrera mantuvo esta historia en secreto hasta que se dio el marco legal para la revelación de un evento que al día de hoy despierta más de una pregunta.