La abducción de Carlos Alberto Díaz es un caso que fue investigado en otros países, como Estados Unidos, Rusia y China, aunque en Argentina su historia no es tan conocida. No obstante, va a ser uno de los conferencistas invitados al primer Congreso Internacional de Ufología, que se llevará a cabo el 15 de agosto en el Cerro Ala Delta, en Salta, donde el protagonista de este traumático hecho contará con lujo de detalles la experiencia que le tocó vivir casi 50 años atrás cuando seres extraterrestres lo llevaron a bordo de su nave espacial.
El 5 de enero de 1975 era una madrugada de verano como cualquier otra en Bahía Blanca. Carlos Alberto Díaz era empleado en el ferrocarril y había terminado de trabajar como mozo en un casamiento que se había festejado en el Club Napostá. Con la celebración finalizada, pasó por la primera cuadra de Sarmiento y compró un ejemplar recién salido a la calle de La Nueva Provincia que guardó en su bolso. Luego se subió a un colectivo de la línea 500 en Chiclana y avenida Colón para emprender el regreso a su casa, en Ingeniero White.
Una vez que llegó a su destino, bajó del micro y se encontró con dos amigos. Los tres hombres pudieron ver una luz blanca en el cielo, pensaron que se trataba de un avión o algo parecido, pero pronto el destino le jugaría una mala pasada a Carlos Alberto Díaz, que fue abducido por el ovni. Los testigos del hecho corrieron rápido a la casa del empleado ferroviario para contarle a su mujer lo que había pasado.
Carlos Alberto Díaz y los extraterrestres
La experiencia del abducido según sus propias palabras: “Ahí me agarró una desesperación terrible, unas ganas de llorar, de gritar. Me oriné encima del miedo. Los seres se me acercaban no sé con qué intención. Cada vez que se me arrimaban se me caía el pelo por la energía que salía de ellos. Se les pegaban pelos de mi cabeza, de mi cuerpo. Yo tenía pelo largo en ese momento y me quedé lampiño. Cuando se me acercaban, intentaba alejarlos y eran de un material parecido a la goma espuma. Eran esponjosos”, relató de manera cruda.
“Al cabo de unos 20 minutos, me dejaron en el patio de una familia. Me soltaron de una manera muy especial porque no me lastimé ni nada. El patio quedaba al frente de la Casa de la Moneda, en Retiro. Desde donde me levantaron hay más de 700 kilómetros, unas 8 horas de auto que hice en cuestión de minutos”, recordó Carlos. Su caso es el noveno reconocido internacionalmente en su tipo y generó revuelo en muchos lugares además de Argentina, por eso este testimonio es tan importante para los entusiastas de la ufología que quieran saber más sobre el fenómeno de la abducción. Los motivos por los que estos seres se llevaron al trabajador ferroviario siguen siendo, hasta el día de la fecha, un misterio…