Desde 1989 que el Área 51 está en el centro de atención para ufólogos e interesados en el fenómeno extraterrestre en general. Ese año Bob Lazar denunció que en el Sector 4 de aquella instalación militar ultra secreta había 9 platos voladores a los que Estados Unidos les estaba practicando ingeniería inversa para desarrollar una tecnología superior que le diera una ventaja estratégica sobre países adversarios.
Ahora un nuevo caso ligado al fenómeno ovni tomó estado público con el relato de un contratista de defensa aeroespacial que tiene mucho para decir sobre el Área 51. Eric Taber es el informante en cuestión que le reveló esta historia al Daily Mail. El verdadero protagonista ya falleció y era el tío abuelo de Taber, Sam Urquhart, también contratista pero en este caso de la base militar más sospechada del mundo entero. Las medidas de seguridad que ahí se toman sumadas a todos los relatos sobre lo que ocurre en el lugar lo convierten en un verdadero mito ufológico.
La trama que Sam Urquhart reveló incluye agentes de la CIA que encontraron un extraño ovni con forma de huevo metálico en el desierto de Nevada y lo llevaron al Área 51 donde intentaron estudiar el objeto anómalo a fondo pero no consiguieron muchas respuestas a la hora de examinar lo que parecía ser un vehículo de origen extraterrestre. Taber testificó y contó esto frente a la All Domain Anomaly Resolution Office (AARO) que está recolectando información sobre tecnología de otros mundos potencialmente en posesión del gobierno de Estados Unidos.
El Área 51, un lugar clave
Taber manifestó que su tío abuelo sirvió en la Fuerza Aérea por 28 años y que trabajó en el Área 51 de 1997 a 2014 para el contratista de defensa EG&G haciendo las veces de jefe de seguridad de su grupo de ingeniería. En una oportunidad Urquhart le contó que la empresa para la que trabajaba de hecho hacía ingeniería inversa a objetos anómalos y que estaban trabajando en una nave con forma de huevo, de un metal desconocido, sin elementos de propulsión aparentes. Nunca pudieron entender cómo funcionaba. Ni los Rayos X la penetraban. La conclusión después de un análisis químico es que no se trataba de algo terrestre.
Urquhart recolectaba información de radar y la llevaba a bóvedas seguras en el Área 51. Uno de esos lugares era conocido como Taj Mahal y ahí tuvo la oportunidad de ver una fotografía del ovni metálico con forma de huevo. El testigo falleció el año pasado a los 75 años pero su sobrino nieto se decidió a contar esta historia para que se alcance una divulgación limitada del fenómeno y la verdad acerca de los objetos anómalos que actualmente se encontrarían en poder del gobierno de Estados Unidos. ¿Qué tal?