Alerta Ovni: Primeras Comisiones Argentinas

Gentileza diario Crónica suplemento “Fenómenos Paranormales”. Autor: Carlos Parodi, periodista y escritor (Instagram CarlosParodi.64).

 Trabajamos con un rompecabezas del que no poseemos ni la mitad de las piezas” había advertido durante los 60 el investigador norteamericano Donald Hanlon cuando se conocieron los primeros testimonios de la presencia de “platos voladores”. Pero lo cierto es que ya en la década del 50, mientras las principales potencias transitaban los umbrales de la Era Espacial, Argentina no era ajena a esa apasionante movida intergaláctica.

Ovni
Ovni sobre ciudad (Grok)

Nuestro país fue pionero en América Latina en abarcar con entusiasmo y seriedad el abordaje de la aparición de estos objetos voladores discoidales que también habían elegido este maravilloso y extenso territorio como lugar de sus frecuentes paseos.

Las primeras publicaciones sobre OVNI’s volcadas al interés popular las dio a conocer acaso uno de los decanos del periodismo argentino, Américo Barrios, nacido como Luis María Albamonte (1911-1982) desde las páginas de los diarios El Laborista, Democracia y El Líder y que alcanzaron posteriormente un gran renombre desde sus columnas de Crónica tituladas “Extraño, muy extraño”.

Argentina intergaláctica

Por esa senda ya “volaban” desde hacía largo tiempo el oficial aéreo e ingeniero Teófilo Tabanera (1909-1981) y el piloto civil e inventor del “Auto Solar” Ariel Ciro Rietti (1923-2001) quienes en 1948 crearon la “Asociación Argentina Interplanetaria”.

En 1956 Ariel Rietti, Cristian Vogt (1923-2005) y Mario Coen (1926-2021) fundaron la “CODOVNI” primera Comisión Observadora de Objetos Voladores No Identificados. Posteriormente aparecieron el “CIFE” y el “CORBE” de Bahía Blanca; la “AIDOVNI” de Buenos Aires y el “CAODE” (Centro de Amigos Observadores del Espacio) desde Puerto Madryn, entre tantas otras agrupaciones ufológicas distribuidas por todo el país y que actualmente prosiguen con sus apasionadas investigaciones.

Ovni
Testigo viendo ovni (Grok)

El rosarino Nicolás Manuel Ojeda (1939-2016) creó el “GRODOV”, que logró notoriedad al investigar “in situ” el caso de un hombre de campo que fue alcanzado por las llamas de un plato volador que había aterrizado en la zona de Arequito. Otros estudiosos como el ingeniero y parapsicólogo Sigurd Von Wrumb (1925-2007) y el meteorólogo mendocino Bernardo Razquín (1906-1988) también incursionaron en el intrigante tema. Como dato curioso, el actual investigador Luis Burgos rememora desde su página web la existencia de un bar y despensa llamado “El Ovni” ubicado en Venado Tuerto, Santa Fe, en el cual se reunía un variopinto grupo de parroquianos amantes de los misterios del espacio. 

Entre humanoides y naves discoidales

En 1964 desde la revista “Primera Plana”, Teófilo Tabanera advertía que “sería suicida que permaneciéramos ajenos a ese proceso de orden mundial y hasta cósmico”. La publicación también anunciaba: “Un curso de Física Espacial en la Facultad de Ciencias Exactas de Buenos Aires, promovido y sustentado por la Comisión Nacional y dirigido a especialistas y graduados. Lo dictarán los catedráticos de astrofísica y física cósmica, doctores Varsavsky, Roederer y Zadunaisky”. Otro de los que opinaba en dicha publicación fue el arquitecto Amancio Williams (1913-1989) al afirmar que: «El espíritu que mueve a los investigadores del espacio es, en su esencia, el mismo que en el siglo XV llevó a los europeos al Lejano Oriente y los trajo a América”.

Fue así que comenzaron a publicarse los flamantes libros “hechos en Argentina” que abordaban el fenómeno con tal rigurosidad y repercusión que despertaron el interés de los principales estudiosos de todo el mundo. Tal fue el caso de “El misterio de los platos voladores” de Cristian Vogt, editado en 1956 y hoy considerado libro de culto.

La popular revista “Mundo Argentino” dirigida entre 1955 y 1956 por el escritor y físico Ernesto Sábato (1911-2011) se sumó al enigmático entramado aero-espacial con sus investigaciones ufológicas. También salieron a la luz los títulos “Objetos aéreos no identificados, un enigma actual” del licenciado en Geografía Oscar Adolfo Uriondo; “La realidad de los Ovnis a través de los siglos” de Luis Anglada Font (1927-1981) y “Los platos voladores y sus tripulantes” de Eduardo Tucci (1923-2001) y Alberto Giordano en el cual se detallaban corredores aéreos fijos, aterrizajes con huellas y se planteaba la posibilidad de entablar contactos en vivo y directo con humanoides.

Ovni
Investigador del fenómeno ovni (Grok)

Han pasado muchos años desde entonces y el enigma sigue atravesando los cielos del mundo y despertando tanto en las sociedades como en los ámbitos científicos y gubernamentales, cada vez mayor interés. Algo que el ingeniero Cristian Vogt con sorprendente actualidad había señalado en el año 1956: “Ya hace mucho tiempo que los astrónomos y los hombres de ciencia intentan encontrar una manifestación concreta de la existencia de una vida pensante en los planetas. Evidentemente los platos voladores constituirían la prueba inicial, pero su existencia y origen aún son temas de grandes controversias…”

Los VEDOM de Américo Barrios en Crónica

Con exquisita prosa y aceitado poder de observación, las columnas de Américo Barrios desde finales de los años 60 y hasta sus últimas publicaciones en 1978 constituyen un preciado tesoro.

Son recordados sus informes acerca de avistajes en Cañuelas, Tapiales, Villa Ballester y el curioso “Expediente X” de un ovni con alerones que se presentó en Santos Lugares. Fervoroso lector del investigador norteamericano Charles Fort (1874-1932), Américo Barrios también recordó la aparición de seres de fisonomía gelatinosa en New Jersey.

En una de sus últimas columnas de contratapa, Américo Barrios escribió: “La ciencia es conservadora y suele anatemizar a los innovadores como si fueran herejes. No obstante, son los herejes para la ciencia y la tecnología quienes han logrado todos los avances que hoy nos deslumbran. Yo hablo con toda mi franqueza cuando me refiero a estos fenómenos extraños del Cosmos y he decidido llamarlos VEDOM, que me parece una definición más sincera. Vehículos Espaciales de Otros Mundos… ¿No le parece?” Claro que sí, don Américo…